viernes, 20 de noviembre de 2015

Retroceso doloroso múltiple en el tiempo

Era como una pesadilla que te atormenta por varias noches. Entramos en el tanatorio, todo cubierto de coronas de flor, la gente o mira el suelo, o está llorando. La pesadilla volvió. Solo que a mi hermana y a mí nos hizo más difícil aún. Porque hace dos meses velamos a mi abuelita en el mismo tanatorio, con el mismo cura. Hace tres años velamos a mi madre aquí mismo. Hace 10 años a mi abuelo aquí mismo. Y hace 13 años a mi papá igual. Y hoy se nos abrieron todas las heridas junto con el luto y el dolor de hoy.
Hoy por primera vez pedí a mi hermana unos minutos sola ante mis papás. Quería pedir a mi madre que cuidara de mi tía, que no se derrumbara. Que le ayudara a ser fuerte. A aceptar que después de 47 años perdió a su marido. Que la defendiera. Y de repente una flor en la tumba se movió por el viento, como si mi mamá me hubiera tranquilizado, asegurandome que cuidará de mi tía. Desde ese momento sé que mi tía estará bien. La cuidará la más grande y bondadosa de los ángeles: mi madre.

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