domingo, 11 de marzo de 2012

El arte, el arte que maravilla

Hoy quiero hablaros del famoso pintor espaňol Francisco de Goya y Lucientes y una de sus obras más famosas: 2 de mayo de 1808 en Madrid

Bueno, Goya nació en la ciudad de Fuendetodos en 1746 y falleció el 15 de abril de 1828 en Burdeos. Desde 1749 vivió en Zaragoza. Fue un pintor y grabador espaňol. Comenzó su formación artística a los 14 años, momento en el que entró como alumno en el taller de José Luzán, pintor local experto aunque poco conocido, donde Goya pasó cuatro años. En 1763 viajó a Madrid, donde esperaba ganar un premio en la Academia de San Fernando (fundada en 1752). Aunque no consiguió el premio deseado, hizo amistad con otro artista aragonés, Francisco Bayeu, pintor de la corte que trabajaba en el estilo académico introducido en España por el pintor alemán Anton Raphael Mengs.

Iba a la escuela „Escuelas Pias”. Desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. Viajó a Italia en 1770 , donde contrajo contacto con el neoclasicismo inicial.

Su obra refleja el convulso periodo histórico en que vivió, particularmente la Guerra de Independencia, de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra es casi un reportaje moderno de las atrocidades cometidas y componen una visión imperfecta de heroísmo donde las víctimas son siempre los individuos de cualquier clase y condición. Aunque hizo una breve visita a Madrid en 1826, murió dos años más tarde en el exilio, en Burdeos, el 16 de abril de 1828. Goya no dejó herederos artísticos inmediatos, pero su influencia fue muy fuerte en los grabados y en la pintura de mediados del siglo XIX y en el arte del siglo XX.


El 2 de mayo de 1808 en Madrid, también llamado La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol es – junto con el 3 de mayo de 1808 en Madrid (la pareja del cuadro dicho), también conocido como Los fusilamientos de la montaňa del Príncipe Río- una de las pinturas más famosas de Francisco de Goya de Lucientes. Las pintó en 1814 en óleo sobre tela y las guardan el en Museo Nacional del Prado.

Las obras de gran formato sin embargo nos muestran ciertas diferencias con respecto a lo que era habitual en los grandes cuadros de la época del s. XIX. y XX.

Durante la Guerra Civil la carga de los mamelucos fue trasladada del Museo del Prado a Ginebra y por las malas condiciones de traslación se estropearon unos trozos suyos.

Los horrores de la guerra dejaron huellas profundas en Goya, personalmente las batallas entre los soldados franceses y los ciudadanos espaňoles durante los aňos de la ocupación napoleónica. Representa un episodio de la sublevación y el comienzo de la guerra de independencia espaňola contra Napoleón que había ocupado a Espaňa en 1808 y había puesto como rey a su hermano, José.

La distancia que era significante y determinante en los cuadros sobre las batallas en la era napoleónica, Goya eliminó y con esto aniquiló el sentido teatral de la obra. La lucha en el cuadro nos puede parecer como si nosotros tanbién pudiéramos estar allí luchando, participar en ella, nos destaca nuestra proximidad. La luz acentúa la horribilidad de la muerte en una atmósfera general de las sombrillas. Una característica importante es que antes de ver la muerte, la gente que ve el cuadro puede acostumbrarse a las actitudes desde el patriota emblemático hasta la persona que se tapa los ojos porque no quiere ver lo que pasa, la gente que reza etc.

La obra refleja el horror y el dramatismo de los brutales masacres de grupos de espaňoles desarmados que luchaban en las calles de Madrid contra los soldados franceses. Junto con el 3 de mayo están pintadas como muchos de los últimos trabajos de Goya con pinceladas gruesas empastes de matices oscuras y con puntos de amarillo y rojo brillante. Están representadas grandes contrastes que también reflejan la desigualdad de las fuerzas en la situación real. En estos retratos aparece la sencillez y nos muestra también qué importante es el sistema de los valores.

En todo el episodio usa los instrumentos del dinamismo y dramatismo con movimientos graves y vilolentos. Acentúa efectos que posteriormente serán fundamentales para los románticos como Gericault y Delacroix. El artista utiliza una técnica basada en pinceladas rápidas y sueltas, a base de la técnica de manchas lo que nos muestra un estilo de agresividad del pintor.

Tendiendo en cuenta los colores, se domina la brillantez de los mismos y la utilización del llamativo rojo de la sangre que es determinante en el episodio. Además se trata de una gran libertad ya que incluso puede verse en la cabeza de un caballo, matices verdes gracias a los efectos de la sombrilla. En definitiva, junto a los Fusilamientos de la Moncloa se trata de un alegato antibelicista, realizando con más de cien aňos de adelanto a las corrientes contemporáneas que también van en ese sentido.



En este cuadro Goya disminuye la referencia notable de tiempo y lugar, pues sabemos que el lugar de la sublevación es totalmente reconocido, es la Puerta del Sol

Reduce la localización, y por eso gana universalidad y se centra la atención en la vilolencia.

Su motivo era representar una masa sangrienta y desesperada que no pone atención a los bandos ni piensa en el resultado final.

El tamaňo de las figuras es muy grande para que sintamos la injusticia de la violencia y la cercanía de los acontecimientos. El espectador mientras que la lucha siente que él es un viandante pues casi se puede oír el estallido de la batalla.

La composición del cuadro es muy definitivo, es una composición órgánica que es una característica del romanticismo. Las líneas de fuerza son son determonadas por el movimiento de las figuras y por el motivo de representar los acontecimientos y no por una figura geométrica impuesta. El movimiento viene de la izquierda a la derecha. Hay personas y caballos por el límite del cuadro como si fuera una instantánea fotográfica

Existe la leyenda según que Goya con 62 aňos después de haber seguido de lejos los acontecimientos, se había acercado más tarde con una linterna al lugar de los fusilamientos y había tomado notas en su cuaderno. El cuadro no era reacción espontánea al horror, pues Goya lo realizó seis aňos más tarde.

El cuadro está pintado con pocos detalles. Sólo quiere representar directamente el tema. La luz que da la iluminación se parece muy natural. El cuadro se trata de los rebeldes espaňoles que atacan a los mamelucos, mercenarios egipcios que colaboraron en el ejército francés. El movimiento de los caballos y de distintos personajes aseguran movimiento y dinamismo al cuadro. La escena muestra realismo. Se puede ver cuerpos caídos y ríos de sangre. También se puede ver el perfil arquitectónico de MadrOtroid, pero el entorno no detrae la atención del acontecimiento principal.

En el centro compositivo del cuadro está el soldado mameluco muerto que cae de su caballo.

Otro individuo apuňala el caballo, que es un acto sin sentido, pues el caballo no es enemigo de nadie. Otra serie de personas intentan apuňar el jinete, mientras que el ejército francés intenta salir del lugar de la lucha.

El cuadro protagoniza la acción. El pintor no tiene un punto de vista exacta, no defende de los franceses ni los espaňoles, sólo quiere exigir dar sobre esta lucha tan sangriente.

2 comentarios:

  1. Magnifico post, querida Ica, me encanta la pintura de Goya, es quizás mi pintor favorito de todos los tiempos junto a Velázquez. El cuadro que mencionas lo he podido ver en Madrid y es una auténtica obra maestra, terrible y realista y espejo como pocos de los horrores de una guerra.

    Desde el punto de vista de la ocupación, una sublevación comprensible, pero lamentable desde el punto de vista cultural, pues ellos estaban (entonces era muy evidente) por delante de nosotros en cuanto a sociedad avanzada, de ahí que existieran muchos intelectuales españoles como Jovellanos y Leandro Fernández de Moratín que eran "afrancesados". La prueba evidente de que tenían razón fue que, restaurada la monarquía en la persona de Fernando VII de Borbón, éste restauró la Inquisición y reintrodujo un sistema absolutista totalmente fuera de época y represor de libertades. La España más oscura volvió a triunfar de un modo lamentable en la figura de un rey siniestro, cuya imagen también retrató Goya de forma soberbia.

    :)

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  2. Muchas muchas muchas gracias por tu coment, me alegro mucho q te haya gustado, y a mí me encantó q aprendí novedades de tu coment :)

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