domingo, 24 de agosto de 2014

La vida barcelonesa con los ojos de una extranjera

Hola a todos mis lectores,

Perdonadme por dejaros sin post durante tanto tiempo, no tengo excusa :D Hoy, sin embargo aquí estoy de nuevo, y mi post de hoy será un poco más personal de los que os habéis acostumbrado. Al final del semesetre anterior recibí una tarea muy interesante en la Uni. Resumir mis experiencias en barcelona, hacer reflexiones, cómo es la vida allí viendo con ojos extranjeros. Aquí tenéis el resultado, disfrutadlo :)

Me es muy difícil resumir en cinco páginas todas las experiencias –evidentemente positivas- que me trajo Barcelona a mi vida. Para mí, al ser discapacitada la estancia en la capital catalana fue doblemente especial e inolvidable. Principalmente porque era mi primera experiencia en cómo espavilarme viviendo sola. Es innegable que al principio haya tenido miedo de cómo voy a poder solucionar todo sin que mi familia me otorgue su ayuda. Luego pensé en que mi gran ventaja es poder hablar los dos idiomas de Cataluña que me ayudará a  salir de todos los problemas que surjan. Estos casi dos años que pasé allí me cambiaron totalmente  el rumbo de mi destino. De tal manera que decidí mudarme allí definitivamente después de haberme licenciado. Espero que todo salga según mis esperanzas. Muchos de mis conocidos de aquí me condenan al hablar de las diferencias notables entre la mentalidad española y húngara. Nadie quiere ver la evidente realidad y hay algunos que llegaron a pensar que mi pasión por Barcelona venció a mi amor por mi propia patria que evidentemente no es así. Solo pienso que a pesar de todas las dificultades que sufre Barcelona en este momento, para mí la vida allí sería mucho más viable que aquí. No por eso dejaré de querer a  Hungría o dejaré de pensar que es un país maravilloso. Sin embargo no podemos huir de la amarga realidad: aquí es imposible que un discapacitado viva una vida autosuficiente.
    El primer período (más durativo) de mi estancia en Barcelona se sitúa en el año escolar 2012/13,gracias a la beca de Erasmus. Originalmente hubiera pasado allí solo el primer semestre pero me gustó tanto la vida de allí que solicité la prolongación lo más antes posible. El destino del Erasmus lo elegí años antes de solicitarlo, ya que tenía allí unos amigos que me ayudaron mucho en la decisión. Especialmente una amiga y un amigo en concreto que hicieron todo lo posible para facilitarme mi estancia de allí y les debo mucho por haberme ayudado en tantas cosas. (al fin y al cabo no es igual viajar a un lugar totalmente ajeno que viajar a un sitio donde ya se tiene contactos que puedan ayudar). El primer viaje que hice a Barcelona tuvo lugar en otoño de 2011. Me enamoré inmediatamente de la ciudad, por eso no tuve ninguna duda en cuanto al destino de la beca.
Cuando llegué a Barcelona, vi en seguida que es un mundo totalmente diferente. Todo es como una gran fiesta. A pesar de que la gente tenga muchos problemas causados por la crisis, no se puede ver personas agobiadas en la calle, nadie se hunde en su tristeza. Todos están sonriendo y están alegres, intentan tomar todo a la ligera. Evidentemente con esto no quiero decir que no hay reclamaciones por parte de la población hacia la situación en la que se encuentran. Las hay (y muchas) pero sin ninguna agresión. Me adapté tan rápido a esta mentalidad que mi amiga arriba mencionada siempre me hizo una broma diciendo: tú eres húngara de mentira porque en realidad tú eres catalana.
Experimenté una manifestación pacífica en carne propia en la diada de Cataluña el día 11 de septiembre. (fiesta nacional de la Comunidad Autónoma)
En la Universidad (estuve en la Universidad Autónoma de Barcelona) muchas veces se organiza vaga general cuando tanto los profesores como los estudiantes pueden decidir si dan clase o asisten a clase. Con estas vagas también se demuestra que aunque manifiesten su insatisfacción frente a la situación presente, lo hacen sin ninguna violación.
Existe un sistema educativo casi totalmente diferente del húngaro del que no fue fácil acostumbrarme. La diferencia más notable para mí era el sistema de las notas que van de uno a diez y también aplican los decimales que matizan aun más las oportunidades de los profesores para evaluar. (aunque este rasgo-claro- no solo existe en Cataluña sino en todo el territorio del país) Es la única cosa la que no llegué a entender en el sistema educativo. Para mí un 8.5 es igual a un 8.7 y hasta hoy no entiendo las diferencias entre los decimales. Los alumnos nunca hacen exámenes orales, todos los profesores examinan a los estudiantes por escrito. Hay una única fecha para hacer el examen que se decide en la primera clase del semestre. (la fecha se  puede modificar tanto por petición de los alumnos como por decisión del profesor mismo) Generalmente se aprueba desde cinco y hay posibilidad de hacer un examen de recuperación. La relación entre profesores y alumnos, la noto un poco más directa. Les tratan a los alumnos de tu y los alumnos también a los profesores. El primer día que entré en clase estaba un poco nerviosa como siempre cuando entro en una situación nueva. (cómo me van a tratar, cómo nos vamos a llevar etc) No obstante, mis preocupaciones fueron totalmente carentes de base: tanto mis compañeros como mis profesores me trataron muy bien y me ayudaron en todo. Conseguí amigos que son adorables y hasta hoy estamos en contacto.
La Universidad tiene una oficina especializada en ayudar a los alumnos discapacitados que ofrece numerosos servicios para ellos. A mí por ejemplo cada día me vinieron a buscar en una furgoneta adaptada con dos chicas asistentes de voluntariado. Ellas estuvieron conmigo todo el día ayudándome en ir de una clase a otra, comprar comida etc. Al terminar las clases, la furgoneta volvió a buscarme para llevarme a casa. La oficina está en contacto con todos los profesores para saber aun más lo que el estudiante necesita (grabadora, portátil, mesa adaptada, persona que le ayuda a tomar apuntes...) La única condición que se tiene que cumplir para poder aprovechar los beneficios de la oficina de la Universidad es residir en la residencia de la Universidad, en la Vila Universitaria. La Vila –independientemente de a oficina- también tiene nombrado dos ayudantes para todos los bloques a quienes los habitantes discapacitados  pueden acudir si es preciso. Así que no tuve ningún problema en cuanto al espavilarme porque tanto el campus como toda la ciudad pone mucho énfasis a facilitar la vida de los discapacitados. Tampoco hubiera tenido problemas si no me hubieran ofrecido ayuda. Era muy fácil moverme sola ya que Barcelona es una de las ciudades que están casi totalmente adaptadas. El campus se sitúa a 23 kilómetros del centro de la ciudad. Está muy bien comunicado, se puede acceder en el tren local (Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña) Una vez llegado al centro también podemos movernos sin ningún problema gracias a la red muy desarrollada de metro. Hay once líneas y la mayoría de las paradas está adaptada. En cada vagón de metro se encuentra un mapa que enumera las paradas que no están adaptadas lo que facilita plantear bien la ruta para un discapacitado ya que si sabe con antelación que la parada que necesita no está adaptada, puede escoger otra opción para llegar a su destino. Las únicas líneas que están bastante retrasadas viendo al tema de la adaptación, son las de RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles) Estas líneas están bajo la autoridad del estado español, mientras que los trenes que circulan –entre otros- entre el campus y el centro están bajo la autoridad del gobierno de Cataluña. A esta adaptación casi perfecta se vincula fuertemente la mentalidad tan diferente que tienen los catalanes hacia los discapacitados. Este factor era el más notable para mí en el tiempo pasado en Cataluña. Tratan a los discapacitados de una manera positivamente diferente de los húngaros (me duela decirlo o no) Aquí en Hungría día tras día estoy aguantando humillaciones de la gente. Una de las más grandes me pasó justamente antes de ir de nuevo a Barcelona a trabajar. Me fui a comprar unas cosas al centro comercial cercano y el dependiente dijo lo siguiente a su compañera:

-Oye, ven aquí yo no puedo cómo tratar a estos tipos de personas tan subnormales, tú sabes lo que hay que hacer con ellos, es que a mí siempre me hizo cosa contactarme con alguien que no es como nosotros.

Perdona? O sea, por el simple hecho de tener unos impedimentos físicos (con los que no es muy fácil convivir de verdad, y en estas ocasiones siempre pienso que ojalá ese o esa estuviera en mi situación y veremos qué haría) ya soy alguien subnormal? Me quedé sin palabras y dije: sabes qué? no sé si quiero comprar cosas en un sitio donde los empleados son unos enfermos mentales. Puse todo en su lugar y me fui a comprar a otro centro.

No me canso en aclarar: la discapacidad NO ES ni culpa, ni una enfermedad contagiosa. No somos raros, no se tiene que tener miedo de nosotros, ni tener reacciones semejantes a " me hace cosa hablar contigo". Y no sé llorar o reír cuando alguien me ve tanto que al final choca contra una farola y aun yo soy la culpable por no quedarme a cadena parpetua entre cuatro paredes. Somos como cualquier otra persona que queremos e intentamos vivir una vida normal como los demás (implicando ir de fiesta, ir a un restaurante o usar el transporte público)
Pero si nos ponen obstáculos emocionales con estos comentarios, no podemos llevarla a cabo de verdad -y sé de experiencia propia porque a mí me afectan (mejor afectaban) hasta tal punto qué al que le daba vergüenza aparecer en la calle era yo-.

Para los húngaros es natural, que los discapacitados somos otro mundo y ni intentan acercarse a nosotros (respeto a las excepciones). En Barcelona en cambio todo es al contrario. No solo pasa que no me miran como a un bicho raro, sino que me tratan con mucho respeto. Un día cuando estaba paseando por las calles de Barcelona con mi mejor amiga de allí le dije: es muy raro que aquí se pueda ver mucha más gente en silla de ruedas que en Hungría. Y mi amiga me contestó: No lo creas. Solo pasa que aquí las condiciones están dadas-tanto las físicas como las psicológicas- para que las personas discapacitadas puedan salir y no tengan que estar entre cuatro paredes de por vida.
Tanto durante mi estancia de Erasmus como durante mi estancia en este semestre podía experimentar en carne propia otro factor que es muy céntrico en la comunidad: la batalla que llevan los catalanes y el estado español. En mi opinión personal, los catalanes son víctimas de muchas humillaciones por parte del estado español. Este semestre tuve aun más oportunidades para conocer la situación política, sociolingüística de Cataluña porque estuve trabajando en una investigación sobre los catalanes como traductora. (viví con la familia del hombre que me encargó el trabajo en una ciudad costera llamada Sant Andreu de Llavaneres que está a 35 kilometros del centro de Barcelona) Trabajando en esta investigación leí y escuché muchos artículos y opiniones sobre las aspiraciones independenistas de los catalanes. Pude entender sus razones para ser masivamente partidarios de la independencia. Por un lado existen muchos mitos sobre los catalanes que no tienen ninguna base. La equivocación más grande en estos mitos es: si les hablas en español (o simplemente no sabes hablar catalán) te miran mal. Esto es totalmente falso. Es cierto que están muy orgullosos de su lengua pero si se dan cuenta de que hablan con un extranjero, siempre le preguntan si quieren comunicarse en español, en catalán o en inglés. (aunque también es necesario reconocer que la mayoría de los catalanes no tiene ni idea del inglés) Yo tuve muchas situaciones muy graciosas haciendo trámites en diferentes sitios. Por ejemplo, un día me fui a un banco y como me dirigieron la palabra en catalán, claro que les contesté en catalán, es más durante todo el trámite hablamos en catalán. De repente, la mujer que me atendió me preguntó: de qué región de Cataluña eres? Yo le contesté que no soy catalana pero ni siquiera soy de España, soy húngara. La mujer se quedó con la boca abierta diciendo: pero si los extranjeros nunca pueden hablar catalán! No puede ser que hablas catalán y para colmo hablas mucho mejor que muchos que viven aquí hace cuarenta años! Llamó a una compañera suya diciéndole que viniera abajo porque le iba a enseñar una cosa que no iba a creer. Al final toda la oficina se quedó mirándome y aplaudiendo por hablar catalán. Creo que es evidente que estén orgullosos de su idioma pero eso no significa que te miren mal si no te comunicas en catalán con ellos. Yo personalmente suelo pedir a mis amigos que hablemos en catalán y que me corrijan si cometo un error porque es una oportunidad magnífica para practicar. Y dónde practicar mejor que en la capital catalana? De hecho tengo dos amigas con las que ya casi nunca hablo en castellano (una de ellas es una gran independentista) En estos casi dos años que pasé en Barcelona avancé mucho en el uso del idioma catalán y más trabajando en la investigación donde me dieron artículos y libros tanto en español como en catalán. Al principio evidentemente me espavilé más difícil con el material catalán ya que lo llevo estudiando solo dos años. A pesar de estas dificultades pude trabajar bien con estos materiales debido a las semejanzas que existen entre los dos idiomas.
  Otro gran mito que existe entre la gente anticatalanista es que el catalán es un dialecto del español. No lo es. El catalán se rige por sus propias normas ortográficas, tienen
 conjugaciones verbales propias. Si alguien es castellanohablante no debería costarle nada aprender el catalán, es solo un paso.
Es cierto que lo que caracteriza más a Cataluña y a Barcelona en estos tiempos, es el tema de la independencia. Según las últimas estadísticas, el 57% de la población catalana quiere que el proceso de la secesión se lleve a cabo. Es la causa principal por la que los anticatalanistas odian a los catalanes. Muchos de ellos odian por odiar, solo por inercia sin ninguna base. Muchos padres educan a sus hijos enseñándoles que deben odiar a Cataluña. Todo eso por tener ideología distinta de la suya. A pesar de estar consciente de todas las dificultades que la independencia puede traer para Cataluña, según mi opinión personal, todas las tierras (incluyendo Cataluña) tienen el derecho de pensar que su región merece un estado propio. Durante mi trabajo hice muchas entrevistas y estas entrevistas y  la literatura que leí sobre el tema me permitieron conocer puntos de vista muy variados. Lo cierto y lo seguro es que la gente está muy descontento con la situación presente y casi todos los habitantes quieren un cambio radical en la vida de Cataluña esté o no este cambio propiamente vinculado a la independencia.
Pienso que fue muy interesante hacer esta investigación justamente en estos momentos, cuando la región está ante un paso tan histórico: convocar un referendum sobre el tema de la idependencia donde la población podría practicar el derecho de la autodeterminación decidiendo así sobre su futuro. El referendum lo convocaron para el día 9 de noviembre de este año. Todo sería muy bonito y muy sencillo si el gobierno español diera permiso para llevar a cabo dicho referendum. Hasta hoy el presidente español Mariano Rajoy y el presidente de Cataluña Artur Mas están en una batalla sin fin. Mas y el pueblo de Cataluña están exigiendo algo lo que ni Rajoy ni nadie del Parlamento español quiere oír.
Durante mi estancia en Barcelona en cada rincón me encontré con bancas que vendieron productos relacionados con la independencia y con bancas dónde se puede firmar un voto para apoyar la convocatoria del referendum (un día yo también firmé un voto como simpatizante) Creo que con mucha paciencia, al final podrán realizar sus aspiraciones. (tienen allí el ejemplo de Escocia)

        Sin duda mi experiencia en Barcelona marcó a mi vida en todos los sentidos y no voy a cansar hasta cumplir el sueño de vivir allí.

4 comentarios:

  1. Hola!
    Muy interesante tu post. Te voy a contar yo un poco de mi historia. Soy catalana, he vivido 30 años en Catalunya y desde hace 7 vivo en Madrid. Por mi trabajo, viajo por toda España, sin esconderme nunca, al contrario, de ser de donde soy. Y nunca, NUNCA he sentido que nadie odie a los catalanes. Al contrario, en el resto de España, entre la gente normal de la calle, existe una profunda admiración y respeto por Catalunya, y no son capaces de entender por qué quieren separarse de España. Yo tampoco lo entiendo mucho, la verdad. Porque no soy capaz de ver la agresión (soy periodista y he trabajado en política, conozco los entresijos), y al contrario, cuanto más viajo por España más cariño noto, y más me gusta poder considerar que un país tan bonito y variado también es un poco mío.
    Te hago una recomendanción. Viaja por España. Habla con la gente de la calle. No te dejes influenciar por el mensaje del catalanismo interesado que hay en Catalunya, ni por los dos o tres medios de comunicación cavernícolas que hay en Madrid que no representan para nada el sentir de los españoles. Viaja por España y descubre los paisajes y las gentes. Si crees que Barcelona es una ciudad viva y acogedora, alucinarás con Madrid. Si crees que en Barcelona la gente está alegre y despreocupada, no te creerás lo que es Sevilla o Cádiz, si crees que en Barcelona la gente es leal y de fiar, espérate a llegar al País Vasco o a Castilla.
    Para poder entender un conflicto hay que oír a las dos partes. No sé que habrás podido contrastar en tu investigación sobre los españoles, pero me temo que te han dirigido a una opinión que no es para nada la real, la que se vive a pie de calle. Te invito cuando quieras a conocer la España que yo tengo la suerte de vivir. Porque soy muy afortunada: puedo disfrutar de Catalunya y España como si fueran una sola, y ambas me han hecho como soy.

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  2. Y por cierto, decir que "muchos padres educan a sus hijos enseñándoles que deben odiar a Cataluña" es la barbaridad más inexacta que he leído en años. Y demuestra que lo que te ha llegado es solo la versión interesada de catalanismo. En España solo los cuatro fachas descerebrados puede que eduquen a sus hijos así (igual que los educan en odiar a los negros o a la democracia) pero España son 47 millones de personas entre las que la educación por el odio no solo no abunda, sino que el simple hecho de decirlo así no es más que un grave insulto, además de demostrar tu total falta de perspectiva sobre el tema. Cuidado con levantar este tipo de acusaciones.

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    1. No tenía la menor intención ni de generalizar ni de ofender a nadie. Nunca hablo al aire, si atrevo a escribir algo es porque está basado en experiencias. Leí y escuché las historias con los propios ojos y con los propios oídos en la mencionada investigación. La frase que te causó tanta indignación ni siquiera la dijo un catalán o una catalana. Además mi post no sirvió para meterme en debates políticos, sino para compartir las experiencias de una extrajera y de postre discapacitada en una tierra que no es originalmente la suya, tampoco si la siente suya. Pero de todos modos gracias por el comentario, a veces la crítica negativa también es constructiva. Un saludo

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  3. https://www.youtube.com/watch?v=M14ebPJ-AtM aquí tienes el vídeo que dice la frase mencionada y fíjate que ella es una andaluza, no catalana.

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